Black Flag sigue siendo el mejor juego de piratas

Resumen

Assassin’s Creed IV: Black Flag revolucionó la franquicia con su juego innovador, explorando aguas inexploradas e introduciendo conceptos emocionantes que rara vez se ven en los juegos. El enfoque de Black Flag en la navegación y la exploración de islas reinventó la fórmula de Assassin’s Creed, creando uno de los mundos abiertos más grandes de la serie y ofreciendo una fantasía marinera única. Las emocionantes batallas navales, las luchas de capa y espada y las variadas actividades paralelas del juego sumergen a los jugadores en la fantasía pirata, mientras que su narrativa sólida y convincente humaniza a las figuras históricas y ofrece una de las mejores historias de la serie.

Durante gran parte de su vida, la franquicia Assassin’s Creed ha sido fuertemente criticada por su constante falta de innovación o ideas nuevas. Si bien cada nueva entrada presenta al menos trucos menores, pocos juegos de la serie han podido cambiar realmente la fórmula de la serie. Incluso Assassin’s Creed Mirage, que fue un regreso a la forma tan esperado, dejó a los fanáticos esperando otra entrada que lleve la serie a alturas más ambiciosas. Sin embargo, Assassin’s Creed IV: Black Flag no sólo llevó la franquicia a aguas inexploradas sino que también exploró conceptos creativos que rara vez se ven en la industria del juego.

Ambientada en las Indias Occidentales a principios del siglo XVIII, Black Flag sigue a Edward Kenway, un pirata cuya búsqueda de tesoros y riquezas lo lleva al centro del conflicto de siglos entre los Asesinos y los Templarios. Lo que sigue es una aventura en la que los jugadores se escabullirán…